Los peligros de la ilusión del conocimiento y la ilusión del control

Toda inversión está sujeta a un cierto grado de incertidumbre, pero a ningún inversor le gusta tener esta sensación de incertidumbre.

Para poder gestionar este sentimiento de incertidumbre las personas tienden a buscar y recopilar la mayor cantidad de información posible. Esta tendencia agrava el llamado sesgo por ilusión del conocimiento, porque a medida que recogemos más y más información, tendemos a pensar que obtendremos mayor seguridad.

Además, la ilusión de conocimiento a menudo conduce a la ilusión de control. El sesgo de ilusión de control es la tendencia de los seres humanos para creer que tienen control o influencia sobre procesos y resultados sobre los que claramente no tienen ningún poder.

Así, en general, se tiende a pensar que más es mejor.

¿Alguna vez has leído uno de esos informes de analistas financieros que dan su opinión sobre alguna acción?
En mi caso, los informes que me han tocado leer a mí, eran análisis de varias páginas, incluyendo algún Powerpoint, donde se daban abrumadores detalles sobre una acción en concreto, previsiones de ingresos, posicionamiento en el mercado y un montón de información detallada sobre la visión del management. Eran muy completos. Aunque en mi caso no eran útiles, ya que no podía sacar una rentabilidad de esta información. Pienso que los únicos que pueden sacar una verdadera rentabilidad de ese tipo de informes son aquellos que los escriben. Para el resto es simplemente otro documento para cubrirnos las espaldas en caso necesario y apuntalar nuestro sesgo de confirmación.

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La ilusión del conocimiento: Más información no implica necesariamente un menor riesgo

La ilusión del conocimiento es la tendencia a creer que más información conduce a una mayor precisión en la toma de decisiones de inversión.

Así, creemos que es preferible tener más información que menos. Después de todo, pensamos que somos capaces de filtrar cuál es la información relevante, y por lo tanto útil para darnos pistas sobre las entradas y salidas de nuestras operaciones. Al resto de información lo llamamos ruido. Sin embargo, a pesar de utilizar sistemas cuantitativos, no siempre somos capaces de discernir cuál es la información valiosa y cuál es el ruido. Nuestra capacidad de procesar y evaluar información es limitada.

A pesar de nuestras obvias limitaciones cognitivas, muchos inversores persisten en creer que para superar el rendimiento necesitan saber más que todos los demás. Por lo tanto, se quedan atrapados tratando de saber absolutamente todo lo que hay que saber antes de dar un solo paso. En este sentido, la situación es similar a la «parálisis por análisis» que comentábamos en el artículo sobre el trader perfeccionista.

Con esto no quiero decir que hay que lanzarse de cabeza e invertir nuestro dinero sin tener ninguna información. Investigar y aprender sobre el comportamiento del mercado es bueno, te permite tener un mayor conocimiento sobre adónde te estás metiendo. Sin embargo cuando se trata de una inversión en particular, aumentar la cantidad de información hace que aumentes el nivel de confianza, pero no necesariamente mejora el rendimiento de tu cartera.

Todos estamos sujetos a la ilusión del sesgo del conocimiento cuando pensamos que sabemos más de lo que realmente sabemos. Esto, combinado con el sesgo de exceso de confianza, puede hacernos pensar que nuestro análisis es más preciso de lo que es en realidad.

La clave para evitar estos fallos es buscar un enfoque lógico y disciplinado en nuestros sistemas de inversión. Hay que ser conscientes de que no es posible eliminar totalmente el riesgo, siempre trabajamos con márgenes de error. También es fundamental asegurarnos que las fuentes de información que utilizamos son fiables y exactas.

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Los sesgos cognitivos es algo que me interesa, me parece importante porque necesitamos ser conscientes de nuestras vulnerabilidades y limitaciones. Es importante tenerlos en cuenta para la toma de decisiones de la vida diaria, como a la hora de invertir nuestro dinero. Puedes encontrar más artículos sobre psicología y finanzas en este enlace.